El caso del negocio: las empresas condicionadas por el Cemefi

Imagen de blog para representar a las empresas que fueron condicionadas por el Cemefi. También se muestra una imagen de una persona tocando su oreja en señal de escucha.

Luego de más de 20 años en el mercado y aprovechando el cambio de la directiva del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), en 2020 se hizo un concurso para seleccionar la firma consultora que diseñaría el nuevo modelo del distintivo ESR. Se conformó un grupo de trabajo con la empresa consultora, integrantes del Cemefi y un equipo de expertos por tema. Paralelamente, se contrató a la compañía que diseñaría la plataforma electrónica.

Un cambio en el distintivo ESR, y en el equipo de trabajo de Cemefi

El nuevo modelo se inspiró en la ISO26000. Se alineó a las principales certificaciones de Responsabilidad Social como la SA8000, los estándares GRI, los principios del Pacto Global, la Agenda 2030 y los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), la familia de normas ISO37000 (sistema de gestión antisoborno y corrupción, compliance, buenas prácticas de gobierno corporativo), a la ISO14000, a la ISO45000, a la ISO31000 sobre gestión de riesgos e incorporó exigencias de las plataformas de comercio ético (Sedex y EcoVaids), por nombrar algunas de las más  importantes.

En esta transición se nombró a un nuevo director de Responsabilidad Social. Además, parte del equipo de Responsabilidad Social se disolvió y se contrató a nuevo personal. Con todo y la curva de aprendizaje que eso implicó.

Durante este periodo se continuó la labor de revisión y mejora del nuevo modelo del Distintivo. Finalmente, en 2022 se llevó a cabo un estudio piloto donde participaron 9 empresas para probar la comprensión y coherencia del instrumento del nuevo modelo.

¿Cuáles fueron las lecciones aprendidas de ese ejercicio?

Desde mi rol de consultora tuve la oportunidad de acompañar a 3 de las 9 empresas que participaron en este proceso. Concluimos que la mayoría de las empresas participantes contaba con documentación de sus procesos, así como indicadores de medición. No obstante, mostraban dificultad en la elaboración de planes y programas. Es decir, no estaban acostumbradas a tener una hoja de ruta e ir actualizándola cuando las metas se cumplían.

Ahora bien, el nuevo modelo establece 5 niveles de desarrollo en responsabilidad social . Los niveles van desde el compromiso hasta la innovación, y se traducen en 5 tipos de evidencia: 1. planes y programas, 2. documentación del sistema de gestión, 3. registro de implementación a través de capacitaciones e indicadores, 4. cumplimiento de objetivos y 5. mejores prácticas.

En la retroalimentación, el director de Responsabilidad Social insistió en la importancia de la calidad sobre la cantidad. Mostraba plantillas y formatos que había elaborado como ejemplo para cada nivel de desarrollo. Y argumentó que para obtener el reconocimiento, las empresas debían cumplir con los 3 primeros niveles de desarrollo. Los niveles 4 y 5 responderían a la maduración del sistema de gestión por parte de los participantes.

Por su parte, el Cemefi dio a conocer un calendario de cursos virtuales que puso a disposición de aliados regionales, consultores y empresas. Meses después, elaboró una serie de guías con una descripción de las evidencias esperadas por nivel de desarrollo. Las guías se realizaron para orientar a las empresas, mediante la identificación e implementación de acciones alineadas con la responsabilidad y los criterios ASG.

¿Qué buscó el Cemefi con el nuevo modelo del distintivo ESR?

Que a través de la participación en este reconocimiento, las empresas sean capaces de implementar un sistema de gestión en responsabilidad social. La propuesta suena genial y muy atractiva.

¿Qué ha pasado con la participación de las empresas en la segunda convocatoria de las MiPymes y en la primera convocatoria de Empresas Grandes?  

Una gran cantidad de MiPymes está en proceso de validación, revisión y resolución por parte del Cemefi. Por su parte, en las empresas grandes”condicionadas” existe un gran descontento. Pues no logran comprender el motivo de esta decisión, ni cuentan con una explicación por parte del organismo promotor.

En este artículo profundizamos en la historia de las empresas ESR condicionadas.

¿Cuáles fueron las reacciones?

Algunas empresas están decididas a no renovar el distintivo ESR. De hecho, varias están en la búsqueda de otras opciones que agreguen valor a su gestión.

Aproximadamente una tercera parte de las empresas decidió continuar con el distintivo ESR. Para ello, han tomado un curso de 20 horas en línea. En el que deben elaborar un caso propio siguiendo la metodología de Harvard. Es decir, describir, redactar y presentar un caso de estudio y su solución.

A partir del caso, las empresas deben seleccionar al menos un ámbito, sub-ámbito e indicador para desarrollar todos los niveles del distintivo. Basarse en los formatos propuestos por Cemefi para demostrar que se aprendió a postular. Y, finalmente, presentar un examen, en la fecha determinada por la Dirección de Responsabilidad Social.

Persona escribiendo sobre una hoja que representa al examen de cemefi

Pero, ¿cómo fue que las empresas y los consultores que las apoyaron no supieron qué postular?

Acá les enumero algunos problemas que, desde mi punto de vista, contribuyeron a este alarmante número de condicionados:

  1. Las empresas y consultores no hemos sido debidamente capacitados en el nuevo modelo del distintivo ESR. A pesar de los esfuerzos del Cemefi por ofrecer tutoriales para la postulación al distintivo. Sobre este punto, habría que evaluar la capacidad de los consultores como agentes de promoción y capacitación del distintivo ESR
  2. Los representantes de las empresas y los consultores no conocían los criterios de evaluación, publicados en marzo 2024.
  3. Muchas de las empresas que han participado durante años en el distintivo ESR, mostraron cierta resistencia a los cambios. Por lo que elaboraron las evidencias de la forma en la que estaban acostumbradas. Donde sí, se privilegiaba la cantidad de evidencia y no su calidad.
  4. En el caso de las empresas que se postularon por primera vez, el poco conocimiento de la temática, forma de postulación, e inquietudes no resueltas, pudieron afectar su desempeño.
  5. Las fallas propias de la nueva plataforma que incorpora diversos programas como distintivo ESR, programa de cadena de valor, insignia del 1%, entre otros.
  6. La formación y experiencia de los evaluadores. Además de ser un equipo limitado de personas, que evalúan poco más de 2000 empresas entre grandes y MiPymes.
  7. Y la falta de canales de comunicación del Cemefi para atender las solicitudes y requerimientos de sus grupos de interés.

Si aplicamos los principios del método de caso desarrollado en Harvard, vale resaltar algunos ejes de que el Cemefi debería de tomar en consideración:

  • Ausencia de un aprendizaje participativo
  • Imposición más que diálogo e intercambio
  • Ausencia de canales de comunicación para los diversos grupos de interés:
  • El chat de consultores creado por Cemefi es únicamente informativo y no permite la participación
  • Las empresas se quejan de que su única vía de comunicación es a través de correos. Mismos que no se responden con celeridad y son ineficientes en la resolución de problemas.
  • No se ha comprendido y entendido la lógica detrás del nuevo modelo
  • No ha habido el tiempo para evaluar sus implicaciones y ventajas.
  • No se ha fomentado la discusión y reflexión
  • Se ha pretendido que la clarificación de ideas se logre a través de videos y cursos virtuales. Que, aunque son una gran herramienta, no posibilitan el planteamiento de dudas, ni su resolución.

Imagen que representa a un consultor del Cemefi dando asesoría por medio de videollamada

Cuestionamientos

A continuación, cierro con algunas preguntas para reflexionar:

  • ¿Cómo las empresas y los consultores pueden compartir sus ideas, opiniones y experiencias?
  • ¿No sería recomendable habilitar uno o varios canales de comunicación donde se propicie el entendimiento y la búsqueda de posibles soluciones?
  • ¿Cómo resolver los problemas de comunicación con el Cemefi?
  • ¿Cómo es posible que las empresas y consultores resuelvan sus dudas si en las capacitaciones los micrófonos permanecen cerrados?
  • ¿Cómo lograr que el Cemefi como organización de la sociedad civil logre escuchar las demandas y expectativas de sus públicos de relación?
  • ¿Cómo lograr que las empresas continúen participando en el distintivo ESR?
  • ¿Cómo lograr la meta de captar a 12000 empresas para que participen en el distintivo ESR, si hay muchas que han abandonado el proceso?

Finalmente, desde mi rol de docente e investigadora por más de 25 años, y como consultora acreditada por el Cemefi desde 2011 y persona comprometida que ha apoyado al organismo promotor en diversas actividades durante más de 12 años consecutivos, estoy convencida de la relevancia del Centro Mexicano para la Filantropía para lograr el desarrollo sostenible del país. De hecho, el Cemefi ha sido reconocido como uno de los organismos más importantes de América Latina por su labor de promoción de la Responsabilidad Social.

No obstante, es evidente que urge que el Cemefi genere certidumbre a las empresas participantes, abra espacios de comunicación, intercambio y aprendizaje para sus grupos de interés relevantes y deje de lado la imposición como mecanismo de diálogo.

Autor

Inés Guardia

Es socióloga, magister y doctora Ciencia Política e Historia. Tiene más de 16 años de experiencia como consultora estratégica en sostenibilidad. Es consultora acreditada por el Cemefi desde 2011.